Conflictos en el aula

La existencia de conflictos en las aulas constituye un fenómeno habitual propio de todo centro escolar y sobre todo una de las preocupaciones más importantes de los docentes, tutores, padres... El respeto y el mantenimiento del orden en las aulas resultan actividades a las que se dedica a diario un gran esfuerzo sin que se consigan, en muchos casos, los resultados esperados.

Son muchas las causas que pueden derivar en conflicto, pero la experiencia señala a los siguientes como los motivos más frecuentes: un clima excesivamente competitivo, actitudes egoístas, falta de habilidades para trabajar en equipo, déficit de autoestima en los alumnos y falta de confianza en los profesores y la dirección del centro, problemas de comunicación entre los alumnos entre ellos o con los profesores y ausencia de habilidades para la resolución de conflictos.

Entre los diversos conflictos que surgen en un aula provocados por los motivos anteriormente expuestos, voy a destacar el bullying o acoso escolar. Este se ha convertido en un grave problema en las aulas en los últimos años y tanto los docentes como los padres y, la sociedad en general, están buscando alternativas para poder erradicarlo. Se considera bullying o acoso escolar a todo aquel acto o situación en el que uno o más sujetos llevan a cabo diferentes tipos de acciones con el propósito de dominar y provocar dolor o sufrimiento a otro u otras personas, estableciéndose una relación de dominancia o superioridad entre agredido y agresor y realizándose dichos actos de forma voluntaria y persistente en el tiempo.

En mi caso particular, lo primero que haría sería explicar a los alumnos que ciertas acciones o comentarios pueden causar daños a otras personas y por tanto los deben evitar. Además, les haría reflexionar sobre la siguiente frase que me enseñaron desde muy pequeña y que me parece muy importante:

"No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti"

A parte de lo anterior, también les explicaría cómo reaccionar ante una situación de este tipo. Si son víctimas de bullying deben comunicarlo lo antes posible a sus padres y a sus profesores, de ningún modo deben aguantar ese acoso sin decírselo a nadie por mucho miedo que tengan. Siempre será apoyado y acompañado. Por el contrario, si no son víctimas pero son conscientes de que alguien de su entorno sí lo es, del mismo modo deberían avisar para poder frenar esa situación.

En el caso en el que dentro de un aula me encuentre que se está dando un caso de bullying, lo primero que haría sería identificar quién o quiénes son los acosadores, y después hablar en privado con el o ellos. Considero muy importante mantener una conversación y escuchar al agresor para que cesen las agresiones por su parte; preguntarle cuáles son los motivos por los que realiza ese daño y hacerle ver las posibles consecuencias de sus actos en la otra persona. Seguramente tenga problemas personales o familiares, o no esté bien emocionalmente y por eso se comporta así con los demás, intentando mostrar que es superior que el resto. Es por ello que debemos intentar despertar en él el sentimiento de empatía y compañerismo. Si después de hablar con él sigue comportándose de la misma manera, tomaría medidas mayores. Por supuesto, esto no quita de avisar a la dirección del centro y a los padres tanto del acosador como del acosado. Por último, realizaría un seguimiento continuado a lo largo del tiempo con el fin de comprobar que el acoso ha cesado por completo y no vuelve a repetirse.

Es por esto que me gustaría, si en un futuro me encuentro con estos casos de conflicto, poder evitar y frenar el problema lo antes posible. 

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